El/la niñ@ interior
En la consulta tengo unas matrioskas (las de la foto) que me encanta usar para simbolizar a nuestra niñ@ interior.
Esa imagen que nos conecta con la niña vivaz y espontánea que fuimos y que sigue viviendo dentro de nuestro cuerpo adulto.
Esa niña guarda toda tu infancia con sus luces y sus sombras.
Guarda los recuerdos que le impresionaron, los mensajes que le dieron sus personas de referencia, las necesidades que no fueron satisfechas y las exigencias que no cumplió.
También guarda el amor que recibió, los juegos y las miradas de cariño.
Todas esas vivencias importantes siguen estando ahí, almacenadas, dentro de la adolescente que fuimos y de la adulta que somos. Como en las muñecas rusas. Las emociones asociadas a esas vivencias no desaparecen, se reproducen a día de hoy, como un grito de nuestra muñeca pequeña dentro de la grande.
Conectar con nuestr@ niñ@ interior es conectar con nuestras emociones, con nuestras necesidades no satisfechas.
Es ver las heridas de esa niña.
Heridas por las necesidades no satisfechas.
Heridas por las situaciones que no pudo manejar por edad o falta de recursos.
Heridas por las emociones que no se validaron.
Heridas por los mensajes de culpa que se lanzaron.
Heridas por las exigencias que se le impusieron.
Cuidar desde nuestro yo adulto a nuestr@ niñ@ es una manera de reparar el pasado. Darle lo que no tuvo, mirarle con cariño y sostener sus emociones.
Atender sus necesidades es atender las nuestras.
Lucía